viernes, 28 de enero de 2011

EL ADIOS A MI MUSO INSPIRADOR: “MR. BIG”

Decirle adiós al año viejo con una apoteósica quema de fuegos artificiales, es algo alucinantemente grato.

Y decirle adiós a la primavera, prendiendo el aire acondicionado de tu recámara para dormir, es algo deliciosamente refrescante.

Pero decirle adiós a la persona, que se convirtió en tu muso inspirador por meses en tu narrativa, es para un escritor, uno de los momentos mas tristes.

Mi “Mr. Big”, quien en realidad no es otro que el fabuloso maquillador, representante de la línea internacional Max Factor en la ciudad.

En la vida cotidiana este bello individuo gay (de allí el apelativo de “BIG”) responde a un solo nombre: Luís Miguel Lavado Echeandía.

Tenía todas las características de un personaje de ficción: agudo, tridimensional, quisquilloso, grandilocuente, soberbio, brillante, regio y encantador. Y lo que es más importante para convertirse en el amor utópico de este humilde escritor: Inalcanzable.

Big y Yo nos conocimos en el avant premier de una película nacional. Sin saber que días después viviríamos nuestra propia ficción.

Compartimos muchas cosas en todo este tiempo: reuniones entre amigos, tertulias, cenas, paseos, vicios, gustos y disgustos. Éramos la pareja perfecta frente a todos. A no ser por un pequeño detalle: Big y Yo nunca fuimos amantes.

He descubierto, y gracias al Sr. BIG, que en el mundo gay existen dos tipos de personas:

Están las que llegan al amor mediante el sexo. Y las que llegan al sexo mediante el amor.

Pero mi dulce amigo, no podía seguir ninguno de estos dos caminos. Su tierno corazón era aun preso de un amor del pasado.

En realidad me costo muchísimo dejarlo, pues me había hecho muchas expectativas con el. Pero aprendí la lección: “NO TE INVOLUCRES CON EL LUTO EMOCIONAL DE NADIE”

Luego de esta linda, corta y triste experiencia me dije:

…Cuando llevamos de luto el corazón… ¿debemos aparentar estarlo? ¿Qué hay si evitamos dar nuestro número telefónico, a la primera demostración de coqueteo, sin estar seguros de querer “correr la maratón afectiva”?…y si el hacerlo solo supone un querer y no querer… ¿la indecisión en nuestros sentimientos solo nos hace perder la cabeza como Maria Antonieta?

…una y otra vez caemos en el mismo error… ¿nos gusta a los gays tropezarnos con la misma piedra?...¿y si de tropezón en tropezón, en lugar de llegar a “nuestra meta afectiva ideal” terminásemos “magullados a golpes como Chucky “?...con las experiencias del corazón…¿nos hacemos mas sabios o solo mas viejos?

Finalmente no pude evitar preguntarme…cuando de sentimientos, y afectos se trata… ¿qué es más importante para uno?:

“¿saber que querer o que no querer?”

Adiós Mr. Big. Estarás en mi mente y en mi corazón. Hasta el final de los tiempos.

1 comentario: