viernes, 29 de octubre de 2010

AIDAN


Con Big instalado cómodamente en su “planeta unipersonal”, entre pinceles y paletas de maquillaje; yo estaba completamente libre para enfocarme en lo que realmente me interesaba: EL ROMANCE.

Para mi un detalle romántico es aprender a compartir una relación. Sea cual fuese y del tipo que sea. Lo importante que aprendes a los 40, es que la reciprocidad es lo más sano. Aun que esa reciprocidad sea a la distancia.

El Sr. Big estaba sumergido en su trabajo, al igual que Aidan. Pero mientras la egolatría de Big lo alejaba de mí. La consideración de Aidan, hacía que se mantuviese en mi mente y en mi corazón.
Pero por una caprichosa decisión de los “Dioses Olímpicos”, nuestros caminos no se encontrarían. Por lo menos hoy. Ya que mi invitación a vernos fue descartada.

Decidí concentrarme en escribir, escribir y escribir. Como si con cada tecla digitada desde mi laptop, tratase de expulsar toda la frustración que sentía, por no a ver visto a Aidan. No me sentía molesto con el. Solo estaba triste.

Y entonces camino al JU XIAN (Jirón Pablo Bermúdez 256, en Jesús María), estuve pensando:
¿La actual crisis afectiva por la que atravesamos la mayoría de gays, se debe a la falta de valores o a la falta de empleos justos? ¿La explotación en los trabajos conduce a una explotación de nuestra relación? ¿Cuándo nos quedamos a cumplir tiempo extra, es siempre a costa de sacrificar nuestros afectos? ¿Nos hemos vuelto más en seres mecánicos o en seres humanos?

Debido a estas circunstancias y para no perder la costumbre, finalmente no pude evitar preguntarme:..hacer un espacio para el amor, dentro de una vida paralela de responsabilidad laboral… ¿es una señal de que estamos haciendo bien las cosas?

Fui por un “muy superior y nada inferior chaufa”. Al JU XIAN, desde luego.

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